Desde que le entregue estos muebles que os enseño hoy a Gema (su dueña), estaba deseando que llegara el momento de enseñaros como habían quedado. Porque estos muebles de salón han pasado de estar apagados y sin vida a ser unos muebles llenos de luz y muy actuales. Si es que merece la pena decidir renovar el aspecto de nuestros muebles en vez de tirarlos.
Y esto ultimo es lo que pensó Gema cuando me escribió para que le pasara presupuesto para renovar sus viejos muebles de salón. Como decía ella, eran unos muebles que estaban en buen estado y que eran buenos ¿porque tirarlos?. Ella buscaba darles un aspecto mas actual y sobre todo quería que su salón pasara de ser un lugar un tanto oscuro (principalmente por culpa de los muebles) a ser un lugar fresco y luminoso, un lugar en el que apeteciera estar. Así que después de barajar diferentes opciones, escogimos la que mas le gustaba y me puse manos a la obra. A continuación podéis ver como eran los muebles. Bastante oscuros ¿verdad?.
Lo primero que había que hacerle a estos muebles de salón para renovar su aspecto era lijarlos. Ya sabéis que para renovar un viejo mueble hay que seguir los que yo llamo “los 4 pasos mágicos”, que son lijar, aplicar imprimación, pintar y barnizar. Con estos pasos conseguiréis unos acabados buenísimos y por mucho que os digan, NO, no os saltéis nunca ninguno de los pasos.
Como os decía lo primero fue lijar. Había que quitar todo el barniz que recubría el mueble y que este caso era el que le daba ese tono oscuro que tenia. Depende del mueble, para retirar el barniz es mejor usar decapantes aunque yo en este caso elegí mejor lijarlo empleando lijas de distintos granos.
Con el mueble ya lijado y con todo el polvo retirado (muy importante), le llegó el turno a la imprimación. Para estos muebles de salón tuve que aplicar un par de manos porque, aunque lije bastante, no se fue del tono el tono oscuro de los muebles. Cuando se quiere pintar con tonos claros sobre fondos oscuros hay que aplicar mas de dos manos de pintura y para ahorrar en pintura y conseguir que esta tuviese una buena terminación opte por aplicar las dos manos de imprimación que os comentaba. En estas fotos podéis ver el resultado tan solo aplicando las dos capas de imprimación, ¡ya se notaba mucha diferencia!. 😮
Como vamos siguiendo los “4 pasos mágicos”, ahora le toca el turno a la pintura. Para estos muebles, como el objetivo era que fueran mas luminosos, escogí una pintura con tono blanco hueso. Aplique dos manos y entre capa y capa lije suavemente para conseguí un acabado mas liso y homogéneo. Quizás en este paso la parte mas complicada fue la de pintar las puertas que tiene cristal porque haya que tener mucho cuidado para no mancharlo o estropearlo e incluso teniendo mucha precaución pueden surgir problemas. De hecho, se me rompió el cristal de una de las puertas del mueble alto, el cual sustituí por uno nuevo.
Por ultimo, le tocó el turno al barniz. Aplique un barniz incoloro en dos capas y siguiendo el mismo procedimiento que con la pintura, lijar suavemente entre capa y capa. Os puedo asegurar que se nota muchísimo la diferencia de entre ijar y no lijar entre capas. Y terminé montando las bisagras, tiradores y puertas.
Y bueno, el resultado salta a la vista que es buenísimo porque, como podéis ver en las fotos de mas abajo, los muebles parecen otros. Ahora lucen mucho mas actuales y luminosos, consiguiendo así hacer lo que nos pedía Gema, hacer que su salón ganase en luz, aspecto y espacio visual sin tener que renovarlo todo y gastar mucho dinero.
Ambos muebles han cambiado radicalmente aunque desde luego el que mas me gusta por forma y por como conjuntan los pomos y bisagras con el color elegido, es el mueble alto. Para mi ese ha quedado genial, vamos que si no fuera de Gema me lo quedaba yo para colocarlo en mi salón 😂. Como veis, siempre es buena idea darle una segunda oportunidad a nuestros muebles antes de optar por tirarlos. Espero que os haya gustado el resultado 😊.
